Tus labios no se acercan a los míos,
mi trono se destroza,
la ansiedad recae en mis pupilas,
lentamente avanzan mis pasos,
el dolor permanece con cada uno,
mis manos parecen empedradas,
mis labios se marchitan al pronunciar tu nombre,
sonrió y me oculto tras el rojo de mis sueños,
lloro y mis lagrimas saben a rabia,
duermo y mis sueños siguen el curso de las pesadillas,
grito y mis palabras se impregnan de veneno,
muerte y soledad me acompañan,
dolor me cuida y tu sin acercarte a mis brazos,
sin sospechas adorno tus ojos,
escondido grito mi debilidad,
sonriente veo a tus y suspiro,
veo al espejo y me repugna la debilidad.
Cambio de melodía y mis latidos se detienen hasta la siguiente luna.
Con el sonido del piano,
canto el sentimiento invisible pero sangrante,
desde los espacios vacios con vergüenza camino como un mortal,
hoy tomo pluma y tinta,
en los barandales escribo tu nombre,
en las puertas el olvido y en las ventanas la ilusión.
¡PROHIBIDO!
Repite la voces de mi cabeza,
imposible gritan los demonios en mis venas,
tomo pluma y tinta y en las hojas de los recuerdos trazo el accesorio a tu belleza,
tinta marca el papel pero nada puede copiar tu belleza,
inclino mi rostro y la melodía del piano adorna tus oídos y ojos,
bebo la sangre de mi enemigo el amor,
tortura mis rodillas y me abraza aun mas fuerte la soledad,
la pluma no cae de mi mano así que continuo dibujando:
rosas y jazmines en tu rostro,
calor en tus manos y el aniquilante destello de hermosura en tus ojos.
Inclino mi rostro y espero hasta la siguiente luna para escribir un nuevo verso.
