
Bailaba su belleza entre el humo de mis deseos...
Moria lentamente ante el susurro de sus ojos.
Su cabellera negra era cubierta por la luz de las estrellas.
El azul bailaba entre sus pechos y el reflejo entre sus piernas.
Algunos le llaman pecado;
pintar sus cuerpos en mis ojos y flajelar mi piel con deseos
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